Entonces, deambulando, se da cuenta de que un leopardo se dirige rápidamente hacia él con la evidente intención de almorzar. El viejo caniche piensa: “¡Oh, oh! ¡Estoy en una profunda caca ahora!

Luego notó algunos huesos en el suelo cerca e inmediatamente se sentó a masticar los huesos de espaldas al gato que se acercaba. Justo cuando el leopardo está a punto de saltar, el caniche exclama en voz alta: "Vaya, ese era un leopardo delicioso. Me pregunto si habrá más por aquí".

Al escuchar esto, el leopardo detiene su ataque a mitad de camino, mientras una mirada de terror se apodera de él y se escabulle entre los árboles. "Uf", dice el leopardo. "Eso estuvo cerca. Ese caniche casi me atrapa".

Mientras tanto, un mono que había estado observando toda la escena desde un árbol cercano cree que puede aprovechar este conocimiento y cambiarlo por protección del leopardo. Así que se va.

Pero el caniche lo vio perseguir al leopardo a gran velocidad y pensó que algo debía estar pasando. El mono pronto alcanza al leopardo, le cuenta la verdad y llega a un acuerdo con el leopardo. El leopardo está furioso por haber sido ridiculizado y dice: "Ven aquí mono, súbete a mi espalda y mira qué le pasa a ese canino intrigante".

Ahora el caniche ve venir al leopardo con el mono a cuestas y piensa: "¿Qué voy a hacer ahora?". Pero en lugar de correr, el perro se sienta de espaldas a sus atacantes, fingiendo que aún no los ha visto... y justo cuando se acercan lo suficiente para escuchar, el caniche dice...

¿Dónde está ese estúpido mono? ¡Lo envié hace media hora a traerme otro leopardo! "